viernes, 9 de enero de 2009

Criminales Arrepentidos del cielo y el infierno de Allan Kardec


VERGER (Asesino del arzobispo de Paris)


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El 3 de enero de 1857, monseñor Sibour, arzobispo de París, al salir de la iglesia de Saint-Etienne de mont, fue herido mortalmente por un joven sacerdote llamado Verger. El culpable fue condenado a muerte y ejecutado el 30 del mismo mes de enero. Hasta el último momento no demostró ningún pesar, arrepentimiento ni sensibilidad.
Evocado el mismo día de su ejecución, dio las respuestas siguientes:

1. Evocación.....
--Estoy todavía aprisionado por mi cuerpo.
2. Tu alma ¿no está completamente separada del cuerpo?
--- No... tengo miedo ... no sé... Esperen a que me reconozca.... yo no estoy muerto, ¿no es así?3.¿Estás arrepentido de lo que has hecho?
--- Hice mal en matar, pero fui empujado por mi carácter, que no podía sufrir humillaciones...¿Me evocarán en otras oportunidades?
4.¿Por qué te quieres ir?
---Tendría demasiado miedo si le viera, temería de que hiciese otro tanto conmigo.
5. Pero no tienes nada de que temer, ya que tu alma está separada del cuerpo. Aleja toda inquietud, puesto que no hay ninguna razón para ello.
--¿ Qué desean? ¿Acaso son siempre señores de vuestras emociones?.... No sé donde estoy... Me siento trastornado.
6. Debes procurar tranquilizarte,
--No puedo... Me siento alucinado... ¡ Esperen!... Después recobraré mi lucidez.
7. Si oraras, ello podría ayudarte a coordinar las ideas.
---Temo...No me atrevo a orar.

8. Ora ¡La misericordia de Dios esgrande! Vamos a orar unidos a vos.
-- Sí, la misericordia de Dios es infinita ; lo he creido siempre.
9. ¿Conoces ahora mejor tu situación?
--Ésta es tan extraordinaria que no he logrado aún comprenderla
10.¿Ves a vuestra victima ?
--- Me parece oír una voz que se parece a la suya, y que me dice:
"No te deseo ningún mal..." ¡Pero es un efecto de mi imaginación! Estoy loco, lo digo porque veo mi propio cuerpo en un lado y la cabeza en otro... Pero, sin embargo, me parece que vivo, creo estar en el espacio, entre la Tierra y lo que se llama cielo...Siento aún la fria cuchilla cayendo sobre mi cuello...Pero es el miedo que tengo de morir...Me parece que veo cierto número de espiritus alrededor mío... Me miran compasivamente... me hablan... pero no les comprendo.
11. Entre tales Espíritus ¿ hay alguno cuya presencia os cuse humillación por vuestro crimen?
--He de decirles que hay uno solo al que temo: es el que ha sido herido por mi.
12. ¿Te acuerdas de vuestras existencias anteriores?
---No; estoy en la vaguedad... Me parece estar soñando.... Es preciso que me reconozca.
13 ^( Tres dias despues)--¿ Te reconoces mejor ahora?

---Sé ahora que no soy de este mundo y no siento ningún pesar por ello. Me apena lo que he hecho, pero mi Espiritu es más libre;comprendo mejor que hay una serie de existencias que nos brindan los conocimientos útiles para lograr nuestra perfección, tanto como la criatura puede serlo.
14.¿Sientes el castigo por el crimen que has cometido?
---Sí ; siento el remordimiento por lo que he hecho, y por ello sufro.
15. ¿De qué modo sois castigado?
--- Soy castigado porque reconozco mi falta, y pido perdon a Dios: soy castigado por la conciencia de mi falta de fe en Dios, y porque ahora sé que no debemos acortar los dias de vida de nuestros hermanos; soy castigado por el remordimiento de haber retardado mi adelantamiento, yendo por un camino falso, y no habiendo escuchado el llamado de mi conciencia que me decía que matando no llegaria a mi objeto; pero me dejé dominar por el orgullo y los celos; me he engañado
y me arrepiento, porque el hombre debe hacer siempre esfuerzos para dominar sus malas pasiones, que es lo que yo no hice.

16. ¿Qué sientes cuando te evocamos?

---Placer y miedo, porque no soy malo.
17. ¿En qué consiste ese placer y ese miedo ?

---Un placer por conversar con los hombres y poder reparar en parte mi falta, confesándola. Y el miedo, al que no podría definir, es una especie de verguenza por ser asesino.
18. ¿ Deseas reencarnar en la tierra?

---Sí; lo pido, pues deseo verme constantemente expuesto a que me maten y sentir temor por ello. Habiendo sido evocado el espiritu de monseñor Sibour, dijo que perdonaba a su matador y rogaba porque volviese al bien, Agregó que, aunque estuviese presente, no se mostraba a él para no aumentar su sufrimiento. El temor de verle, que era una señal de remordimiento, era ya un castigo.
P. El hombre que comete un asesinato ¿ sabe, que
escoger su existencia, que ha de ser un criminal?

--No; sabe que eligiendo una vida de luchas y de peligros tiene la posibilidad de matar a uno de sus semejantes; pero ignora si lo hará porque ello será el resultado de la lucha que se entablará en su espiritu.
La situación de Verger en el momento de su muerte, es la de casi todos aquellos que perecen por muerte violenta. No operándose la separación del alma de una manera brusca, se hallan como aturdidos, confundidos, pues no saben si estan muertos o vivos . Se le ha evitado la vista del arzobispo porque no era necesaria para excitar en él remordimientos, mientras que otros, por el contrario, son incensantemente perseguidos por la vision de sus victimas A lo enorme de su crimen, Verger ha sumado el no haberse arrepentido antes de su muerte. Había reunido, pues, todas las exigencias requeridas para merecer la condenación eterna. Sin embargo, apenas ha dejado la tierra, el arrepentimiento penetró en su alma, repudió su pasado y pidió sinceramente a Dios el poder repararlo. No ha sido el exceso de sufrimientos lo que le ha llevado a ello, dado que no ha tenido tiempo para sufrir. Es, por tanto, el solo reproche de su conciencia- que no había escuchado durante su vida- al que ahora obedece. ¿Por qué, pues, no habría de tomársele en cuenta? ¿Por qué, en el intervalo de algunos días, lo que le hubiera liberado del infierno no le podría liberar más tarde? ¿ Por qué Dios, que hubiera sido misericordioso antes de la muerte, no tendría piedad alguna horas más tarde?

Uno podría sorprenderse con la rapidez del cambio que se opera, en oportunidades, en las ideas de un criminal endurecido hasta el útimo momento, y a quien basta, para comprender la iniquidad de su conducta, el pasaje de esta a la otra vida. Esta actitud está lejos de ser general, puesto que entonces no habría malos Espíritus. El arrepentimiento es a menudo muy tardío y, en consecuencia, también la pena es más prolongada. La obstinación en el mal durante la vida proviene, en ciertos casos, del orgullo que rehúsa doblegarse y confesar sus culpas. Además, el hombre se halla bajo la influencia de la materia, que tiende un velo sobre sus percepciones espirituales y lo nfascina; una vez caído este velo, una luz súbita lo ilumina y él recupera la razón.El rápido vuelco a sentimientos mejores es indicio de un cierto progreso moral conquistado, el que no necesita nada más que una circnstancia favorable para manifestarse; mientras que aquel que persiste en el mal durante mayor o menor tiempo, despué de su muerte, indudablemente es un. Espíritu más atrasado, dado que en él predomina el instinto material que ahoga al bien, lo que revela que le serán necesarias aún muchas pruebas para corregirse

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