Deseo
demostrar, , la excelente contribución y auxilio que
el Espiritismo y los Buenos Espíritus pueden dar a propósito del
tema. Y ¿por qué?
Allan
Kardec, el insigne Codificador del Espiritismo, escribió sobre esta
Doctrina:
"El
Espiritismo es la ciencia nueva que viene a revelar a los hombres,
por medio de pruebas irrecusables, la existencia y la naturaleza del
mundo espiritual y sus relaciones con el mundo
corpóreo. El
Espiritismo es, sin duda, la Doctrina resucitada de Jesús.
En
su inolvidable pasaje por la Tierra, consciente de las limitaciones
humanas, Jesús sabía que los hombres no serían capaces de
comprender plenamente su Doctrina o en el caso que la comprendiesen,
nopodrian mantenerla en pureza primitiva.por esta razón nos prometió el Consolador que habría de recordarnos todo cuanto él nos dijo,
ampliando un tanto más Su mensaje, enseñándonos muchas otras
cosas.
En
el siglo XIX, la criatura humana fue agradablemente sorprendida con
la Tercera gran Revelación para el mundo occidental, cual es, la
Doctrina elaborada por los Espíritus. En el Espiritismo, el ser
encuentra el Cristianismo del Cristo, sin adulteraciones
indebidas o perjudiciales.
Con
la Doctrina Espírita se tiene la seguridad de
que las Leyes de Justicia y de Causa y Efecto, acompañan a la
criatura en el cuerpo y fuera de él, en ésta o en próximas
encarnaciones, que la muerte
no elimina de inmediato los problemas no superados en cuanto estaba
en el cuerpo, y que es el alma, muy especialmente, quien se
presenta depresiva o no. Comprobando
la inmortalidad del alma y presentándola ya no más como una
esperanza, sino como una realidad, la Doctrina de los Espíritus
mucho contribuyó para la comprensión y aceptación dinámica del
sufrimiento, estructurando bien a la criatura para el enfrentamiento
de todas las situaciones aflictivas. Los
Espíritus, aquellos que verdadera y sabiamente nos aman y se dedican
a favorecernos - por lo tanto, los Buenos -, nos acompañan, nos
asisten y nos fortalecen para alcanzar el éxito imprescindible. Y
ellos, siempre amorosos, se valen de muchas y variadas técnicas para
proporcionarnos el bien que necesitamos. Por
lo tanto, todo deprimido encontrará en el Espiritismo y en los
Buenos Espíritus, un excelente concurso para la recuperación de la
salud y de la alegría.
Subconsciente: un archivo
Subconsciente: un archivo
Como
ya hemos anotado, el subconsciente representa lo oculto de la
individualidad, el archivo de las experiencias y el registro de los
menores hechos de la vida. Estos aspectos son de fundamental
importancia
para la comprensión del tema ¿depresión? y
de los motivos por los cuales muchas de las criaturas humanas, sufren de este terrible mal. ¡El
depresivo! en regla general, es alguien que a través del tiempo
viene archivando experiencias negativas, y es oportuno decir que en
ese archivo todas las informaciones son allí colocadas o sea,
el subconsciente registra tanto los mayores cuantas los menores
hechos de la vida, pero no solo éstos, sino también, las
emociones sentidas cuando se vivenciaron esos hechos. Aún
se puede comparar el subconsciente a un desván, muchas veces un
cuarto oscuro repleto de miasmas pestíferos, de residuos de
variada condición y procedencia. Los ordenadores modernos nos dan una idea excelente de cómo funciona la
Casa Mental. Estos aparatos poseen la capacidad de almacenar muchos
datos. A cada momento, nuevos archivos
son elaborados preservando a la criatura los que ya fueron objeto de
almacenamiento, con la diferencia fundamental de que la casa mental
posee una capacidad infinitamente mayor de registro de las
situaciones y emociones. Esas
informaciones o esos hechos y sentimientos archivados son, en un
primer momento, registrados por el consciente; después, descienden
hacia lo profundo. Los pensamientos, las ideas, los conceptos, los
hechos archivados y registrados van formando el carácter de la
persona, elaborando su modo de ver, de sentir, de proceder; en una
palabra, su personalidad. Para que tengan una idea por la capacidad del registro del subconsciente, dos situaciones presentadas
por Carlos Toledo Rizzini, una de ellas extraídas de
la obra de André Luiz: "Cierta
mujer no solo sienta dolor en el curso del acto genético, sino
también tenía verdadero horror al mismo; y además de eso,
comúnmente se despertaba de madrugada con cólicos abdominales;
síntomas, por lo tanto, físicos y psíquicos, a los cuales se debe
agregar una infección vaginal crónica rebelde al tratamiento
ginecológico.
La
regresión de la memoria se mi inconsciente, conservando el recuerdo
posterior de los acontecimientos evocados, reveló que en una
existencia muy anterior -en una 'civilización
primitiva'-,
luego de haber practicado el adulterio, el marido mandó encerrarla
en una jaula baja, donde solo cabía agachada; tal posición le
originó, entonces, fuertes y continuos dolores en el vientre. Días
después, por orden de él, un médico le seccionó el clítoris, que
le provocó, en esa ocasión, un dolor lacerante; era su intuición
usarla sexualmente sin que ella pudiese corresponderle. Y así fue
anulada la actividad erótica. En una vida subsiguiente, se describe
como una joven prostituta que atraviesa un triste episodio: enamorada
de cierto hombre, éste, logrando el propio orgasmo, la deja en el
momento en que ella iba alcanzando el clímax; entonces, la ofende
con palabras gruesas. Confusa y frustrada, cayó de lo alto de una
escalera y no fue socorrida hasta morir. De esta experiencia procede
su desconfianza de los hombres y de la anterior el temor de las
relaciones carnales; los dolores son aún consecuencia de la jaula en
que estuvo encerrada y de la cruenta operación. La vaginitis,
resultado de la complicación del
acto quirúrgico infectívo.
Observen.
¡Cosas muy antiguas y aún vigentes! ¡Es que detrás de ellas hay
un error moral ya combatido en los Diez Mandamientos! Pero,
mucha gente manifiesta que los tiempos han cambiado y que el mundo es
diferente... ¡El pasado, grabado en las profundidades del alma no
sabe de eso y emerge bajo la forma de disturbios psico-somáticos y
de síntomas neuróticos! Tal mujer no más
equivocada de lo que somos en general - se curó enteramente:
digamos, se cancelaron los débitos mediante los sufrimientos que
enfrentó hasta l970. Y naturalmente, cambió la condición íntima,
al mismo tiempo. Es
bueno recordar que André Luiz cuenta la historia de dos espíritus
bastante depurados que, no obstante, permanecían en el plano
inferior. Al querer saber por qué no conseguían ascender, el
análisis del pasado de ambos reveló que, cinco siglos
antes, habían lanzado a dos compañeros desde lo alto de
una muralla, liquidándolos sumariamente. Tuvieron que
renacer,
como pilotos de prueba, para dar la vida por el progreso de la
aviación, y cayeron en el momento debido... Pueden consultar Acción
y Reacción, la obra en la cual el querido instructor
menciona casos de débitos pendientes hace más de 1.000 años,
confirmando los encontrados en la regresión de la memoria..."
En la atención fraternal a ¡depresivos! recuerdo una experiencia vivida por una cierta persona que ilustra bien la fiel capacidad de registro del subconsciente que, si no es atendido convenientemente, a través de los años pasa a gobernar nuestra vida. Esta persona, informada de que podría conversar conmigo con el objetivo de buscar respuestas y posibles orientaciones para su caso, Estaba con depresión y este cuadro se debía a resentimientos archivados desde hacía mucho, como posteriormente se pudo percibir, en el diálogo, ella daba la impresión de que todo estaba bien en su vida, lo que tornaba inexplicable aquel estado ¡depresivo! Indagada sobre su salud orgánica, su casamiento, sus hijos y las variadas situaciones posibles, ella informaba que todo corría bien. Intuido, comencé a insistir en el tópico casamiento. Y le pregunté, entre otras cosas: ¿usted ama a su marido?¿su marido la ama?¿la relación entre ambos es buena?¿Él la trata con respeto y cariño?¿Él la ofende o la agrede? A lo que ella respondía: "¡Yo amo a mi marido! ¡Mi marido me ama! ¡Nuestra relación es excelente! ¡Él me respeta y es cariñoso conmigo, y por lo general me rodea de atenciones y me convida a cenas y paseos! (¡que ella nunca aceptaba!) ¡Mi marido no me ofende ni me agrede!" Como en el presente (consciente) de aquella mujer todo parecía fluir bien, necesitando ahondar un poco más para detectar la causa de aquella evidente¡ depresión! le pregunté entonces; ¿cómo fue la relación de ambos al principio del casamiento? La mujer, sorprendida tal vez por la pregunta, se desajustó emocionalmente aún más. Muy nerviosa y agitada, con el rostro ahora alterado, en un rictus de amargura y dolor, comenzó a decir: "¡Ah! ¡Por el amor de Dios! ¡No me haga recordar de ese triste y doloroso pasado! ¡El inicio de nuestro casamiento fue terrible, muy difícil! ¡Mi marido era muy violento y agresivo, y muchas veces me hirió moral y físicamente! ¡Solo yo sé cuánto tuve que soportar para no ver la ruina completa de mi casamiento! Y por mucho tiempo, abriendo las compuertas del subconsciente, con los recuerdos emergiendo hacia el consciente, nuestra hermana se entregó a las confidencias amargas, narrando detalles que yacían en lo profundo de los recuerdos. Finalmente, ella admitió que traía amarguras no superadas hacía más de 30 años y ésta era la causa de su profunda ¡depresión!. El marido se modificó para mejor; sin embargo, ella, aún no lo perdonó por la conducta de la juventud distante, y ahora no deseaba (subconsciente o inconscientemente) concederle el perdón y la posibilidad de ser felices. Esta señora fue orientada cuanto a la excelencia del amor y del perdón, y se dispuso a colaborar y hoy vive realmente feliz con su marido, superadas las dificultades que yacían archivadas.
consciente:
comando actual
Como escribió Germano de Nováis: "el consciente lúcido como el cristal es una buena semila. El subconsciente es la tierra fértil, apta para recibir la semilla. El consciente comanda. El subconsciente es como la tierra que no sabe si la simiente es de buena, mala o hasta de pésima calidad. El subconsciente tampoco distingue si el pensamiento que acoge es bueno o es malo, positivo o negativo, optimista o pesimista. La función de la tierra es que nazca lo que en ella se deposita, como la función del subconsciente es desarrollar los pensamientos y sentimientos que en él penetran. Si colocamos en la tierra una semilla de calabaza va a nacer una planta de calabaza. Así sucede con la mente humana. Cuando plantamos un pensamiento de amor en el subconsciente, brotan actitudes impregnadas de amor. Cuando plantamos pensamientos de angustia y preocupación, puede hasta surgir una úlcera gástrica... La función de la mente consciente es pensar, dirigir, plantar ideas correctas en la época correcta. La función del subconsciente es hacer brotar o realizar lo que la mente consciente le ordenó o entregó. El pensamiento es una gran energía, una semilla poderosa. La mente consciente la emite y transmite al subconsciente, que es su receptor. Consideremos al subconsciente como parte del inconsciente, que puede aflorar a la conciencia, con sus contenidos, alterando el comportamiento del individuo. Él es el archivo próximo de las experiencias, por lo tanto, automático, destituido de raciocinio, estático, que mantiene fuertes vinculaciones con la personalidad del ser. Él es quien se manifiesta en los sueños, en los disturbios neuróticos, en los lapsos orales y de la escritura - actos fallidos - tornándose, después. Los pensamientos y actos - después de ser archivados en el subconsciente programan las actitudes de las personas. De este modo, cuando se toma conocimiento de tal posibilidad, se elige a cuales de aquellos deben ser accionados - en el campo moral y social - para organizar o programar la existencia.
fijación en el presente
Son
muchas las criaturas que, malbaratando el presente y no invirtiendo
en el futuro, se gastan y desgastan en la posocupación. La
posocupación es la ocupación vana, porque retiene la mente fija
en algo ya ocurrido en el pasado y que podría estar superado. Es una
actitud típica del ¡depresivo! que se complace, de manera enfermiza,
en fijarse en las experiencias negativas pasadas, desperdiciando
tiempo, energía y oportunidad.
Otras
veces, el ser se desgasta en una actitud de preocupación.
Preocuparse, como
indica la propia palabra, es el ocuparse antes
con el hecho que imagina
ocurrirá más tarde. Con eso, la persona
se
ocupa por lo menos dos
veces, antes de que ocurra y en cuanto eso se
da. En la hipótesis de posocuparse
con el problema, la criatura se habrá ocupado tres
veces, esto es, durante y después.
Pensar
y reflexionar con serenidad y confianza en la problemática, es
positivo y necesario. Preocuparse en exceso es inútil y nada de
bueno agrega. Lo
ideal para la existencia humana es que la criatura procure vivir sin
tristeza por el pasado y sin ansiedad negativa por el futuro, en un
interminable y bienaventurado presente, para vivir cada instante
totalmente, no preocupándose
de manera estéril con lo que vendrá, y también no ocupándose
con lo que de negativo sucedió
.
.
El
propio depresivo
Ciertamente,
factores externos y orgánicos, podrán contribuir decisivamente para
que alguien sufra de ¡depresión!. Sin embargo, éste o aquel factor
concurrirá más o menos, dependiendo del estado
de
espíritu en que se encuentra la criatura.
Tanto es así, que la misma circunstancia o acontecimiento que
arrastra a alguien a la ¡depresión! en otro podrá producir un efecto
menor o ningún efecto. Lo
que afecta a uno, no siempre afectará, necesariamente a otro, lo que
demuestra que es el propio depresivo o Espíritu el primer factor
decisivo para que él caiga o no en depresión. De
este modo, se observa que la condición íntima del Espíritu, en
principio, es quien determinar. si esto o aquello lo arrastrará o no
al estado de tristeza.
Entonces,
cabe preguntarse: ¿por qué hay una cantidad tan grande de ¡depresivos! en la Tierra?
Juana
de Angelis, responde a esta indagación, diciendo: "Una
importante mayoría de individuos solamente abriga ideas negativas,
elucubra pesimismo, sustenta malestar. Como resultado, se debilitan
sus resistencias morales, debilitándose también los valores
espirituales y se alimenta de la propia insania." Indiscutible-mente,
la ¡depresión! tiene su matriz o génesis en el Espíritu.
¡La
depresión! se instala poco a poco, porque las corrientes psíquicas
inconexas que la desencadenan, desarticulan también, lentamente, el
equilibrio mental. Del
alma proceden las realizaciones edificantes y los procesos
degenerativos que se manifiestan en el cuerpo.
El ¡depresivo, por lo que queda expuesto, al mismo tiempo que examinará
las otras causas para su decaimiento moral, se examinará a sí
mismo, su estado de alma, su estructura íntima, su capacitación
para el enfrentamiento de la vida, porque fundamentalmente, en él se
encuentra la causa primera de la molestia y el factor preponderante
para la cura.
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