viernes, 27 de marzo de 2009

Jesus la Oración y el Amor al Padre

Estaba Jesús sentado entre la hoguera, y permaneció unos minutos con la mirada fija en las ondulantes y encarnadas lenguas de fuego, que chisporroteaban a ratos a causa de algunos de los troncos, algo más húmedos que el resto. Me quede solo, frente a él y con la fogata como único testigo, casi mudo, de la que iba a ser mi tercera y última conversación con el Maestro. Sus brazos descansaban sobre las piernas, cruzadas una sobre otra. El Nazareno habia abierto sus manos, recogiendo el calor sobre las palmas. Tenia la cabeza ligeramente inclinada hacia adelante y sus cabellos y rostro se iluminaban y apagaban, a capricho del jugueteo de las llamas.Su expresión, acogedora y apacible durante toda la noche, se habia vuelto grave.

De pronto, el corazón me dio un vuelco. Brillante, timida y sin prisas, una lágrima había hecho aparición en su mejilla derecha. Era la segunda vez que veia llorar a quel extraño hombre...

Conmovido e intrigado por aquel sereno y subito llanto del Galileo. Pero Jesús parecia totalmente ausente. Y a los pocos minutos, echando la cabeza hacia atras, inspiró profundamente, incorporándose. En mi mente bullian y se cruzaban un sinfin de hipótesis sobre el estado de ánimo del Galileo, le vi alejarse hacia el interior del olivar y detenerse a cosa de treinta o cuarenta pasos de donde me encontraba. Y así permaneció en pie y con la cabeza baja por espacio de una hora. La luna, casi llena, solitaria entre miles de estrellas, se encargó de bañarlo con una luz plateada, oscilante a veces por una brisa que entraba de puntillas entre las hojas verdiblancas de los olivos.

Sin saber exactamente por qué, esperé. La temperatura había descendido haciendo tiritar a los astros con escalofrios blancos,azules y rojos.Durante un tiempo que no sabria precisar me quede con el rostro perdido en aquel negro y soberbio firmamento. Venus, en conjunción con un brillo cada vez más débil; en lo más alto,disputandose la primacia, las refulgentes estrellas.

Jesús me sorprendió cuando alimentaba la hoguera con una nueva carga de leña.

Jasón ¿no duermes?

Sabes de la dureza de las proximas horas. Deberias descansar como todos los demás...

Sentado junto al fuego le miré con curiosidad, al tiempo que le invitaba a responder a una pregunta que llevaba dentro desde que le había visto alejarse hacia el olivar:

Maestro, ¿por que un hombre como tú necesita de la oración...? Porque si no estoy equivocado, eso es lo que has hecho durante este tiempo...
El Galileo dudó. Y antes de responder, volvió a sentarse, pero esta vez junto amí.

Dices bien Jasón. El hombre, mientras padece su condición de mortal, busca y necesita respuestas. Y en verdad te digo que esa sed de verdad sólo puede aplacarla mi Padre. Ni el poder ni la fama, ni siquiera la sabiduria, conducen al hombre al verdadero contacto con el reino del Espiritu. Es por la oración cómo el humano trata de acercarse al infinito. Mi espiritu empieza a estar afligido y yo tambien necesito del consuelo de mi Padre.

¿Es que la verdadera sabiduria está en el reino de tu Padre?
No.... Mi Padre es la sabiduriá.

Jesús recalcó la palabra con una fuerza que no admitia discursión.

Entonces si yo rezo, ¿puedo saciar mi curiosidad e iluminar mi espiritu?

Siempre que esa oración nazca realmente de tu espiritu. Ninguna súplica recibe respuesta, a no ser que proceda del espiritu.

En verdad, en verdad te digo que el hombre se equivoca cuando intenta canalizar su oración y sus peticiones hacia el beneficio material propio o ajeno. Esa comunicación con el reino divino de los seres de mi Padre sólo obtiene cumplida respuesta cuando obedece a una ansia de conocimiento o consuelo espirituales. Lo demás las necesidades materiales que tanto os preocupan no son consecuencia de la oración, sino del amor de mi Padre.

¿Por eso has insistido tanto en aquello de ?

Sí Jasón. El resto siempre se os da por añadidura...

¿Y cómo debemos pedir?

Como si ya se os hubiera concedido. Recuerda que la fe es el verdadero soporte de esa súplica espiritual.

Dices que la oración así formulada siempre obtiene respuesta. Pero yo sé que no siempre es asi....

El Galileo sonrió con benevolencia.

Cuando las oraciones provienen en verdad del espiritu humano, a veces son tan profundas que no pueden recibir contestación hasta que el alma no entra en el reino de mi Padre.

No conprendo....

Las respuestas, no lo olvides, siempre consisten en realidades espirituales. Si el hombre no ha alcanzado el grado espiritual necesario y aconsejable para asimilar ese conocimiento emanado del reino deberá esperar en este mundo o en otros hasta que esa evolución le permita reconocer y comprender las respuestas que, aparentemente, no recibió en el momento de la petición.

¿Esto explicaria ese angustioso silencio que parece constituir en ocasiones la única respuesta a la oración?

Sí pero no te confundas. El silencio no significa olvido. Como te he dicho todas las suplicas que nacen del espíritu obtienen respuesta. Todas...Déjame que te lo explique con un ejemplo: el hijo está siempre en el derecho de preguntar a sus padres, pero éstos pueden demorar las respuestas´a la espera de que el infante adquiera la suficiente madurez como para comprenderlas.

La gran diferencia entre los padres humanos y nuestro Padre verdadero está en que aquéllos olvidan a veces que están obligados a contestar, aunque sea al cabo de los años.

Según esto cuando muramos, todos seremos sabios...

Insisto que la única sabiduria válida en el reino de mi Padre es la que brota del amor. Despues de gustar la muerte, nadie será sabio si no lo ha sido antes en vida....

¿Debo pensar entonces que la demora en la respuesta a mis suplicas es señal de mi progresivo avance en el mundo del espiritu?

Jesús me miró con complaciencia.No, querido amigo. El amor no es complicado. Es vuestra natural ignorancia la que os precipita a la oscuridad y la que os inclina a una permanente justificación de vuestros errores.

Guardé silencio. Aquel hombre llevaba razón. Solo los hombres tratan desesperadamente de justificarse y justificar sus fracasos...
Levánte la vista hacia las estrellas y señalandole aquella maravilla, le dije:
¿Qué sientes ante esta belleza?

El Galileo elevó también sus ojos hacia el infirmamento y respondió con melancolia:

Tristeza....

¿Por que?Si el hombre no es capaz de recibir en su alma la grandeza de esta obra, ¿cómo podrá captar la belleza de Aquél que la ha creado?
¿Es Dios tan inmenso como dices?

celestiales....

Más que pensar en la inmensidad de mi Padre, debes creer en la inmensidad de su promesa divina. Rebasa el espiritu del hombre y llega a producir vértigo en las legiones

Ya me lo explicaste, pero,¿ de verdad el acceso al reino de tu Padre está al alcance de todos los mortales?

El reino de nuestro Padre me corrigio Jesús está en el corazón de todos y cada uno de los seres humanos.Sólo los que despiertan a la luz del evangelio lo descubren y penetran en el.

Entoces, _¿todas las religiones, credos ocreencias pueden llevarnos a la verdad_? La verdad es una y nuestro Padre la reparte gratuitamente. Es posible que el gusto y la belleza puedan ser tan caros como la vulgaridad y la fealdad, pero no sucede lo mismo con la verdad: ésta sí es un don gratuito que duerme en casi todos los humanos, sean o no gentiles, sean o no poderosos, sean o no instruidos, sean ono malvados....

¿A quien aborreces más?En el corazón de mi Padre no hay lugar para el odio... Deberías saberlo, Guardate sólo de los hipócritas, pero no viertas jamás en ellos el veneno de la venganza. ¿Quién es hipócrita? Aquel que predica la via del reino celestial y, en cambio, se instala en el mundo. En verdad te digo que los hipócritas engañan a los simples de corazón y no satisfacen más que a los mediocres.

¿Aquién estimas más: a un hombre espiritual o a un revolucionario? El Maestro sonrió un tanto sorprendido por mi pregunta. Y posando su mano izquierda sobre mi hombro, repuso con firmeza:---Prefiero al hombre que actuá con amor...Pero, ¿quién puede llegar a amar más?

Pregunta mejor, ¿ quien puede llegar acomprender más?
¿Quién?Aquel que es capaz de amarlo todo. Pero,¡ojo! Jasón aquel que ama de verdad no coloca la palabra sobre su puerta, tratando de justificarse ante el mundo. Y el que da, tampoco escribe la palabra para que todos le reconozcan.Cuando alguna vez veas esas palabras, desvergonzadamente ostentadas en el mundo, no dudes que tienen la única finalidad de enriquecer y ensalzar a cuantos las esgrimen y airean.
El reino de mi Padre es semejante a una mujer que llevaba un cántaro lleno de harina. Mientras marchaba por un camino apartado se le rompió el asa y la harina se derramó detrás de ella por el camino. La mujer no se dio cuenta yno supo su desgracia. Cuando llegó a su casa depositó el cántaro en la tierra y lo encontró vacio. ¡Aquel que es capaz de amarlo todo!.... repeti con un movimiento de cabeza. ¡Qué dificil es eso.!Nada hay dificil para el que ha aprendido a ceder

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