miércoles, 8 de octubre de 2008

Louis y la aparadora de calzado

Hacia siete u ocho meses que Louis G; oficial zapatero, era novio de Victorine R: aparadora de calzado, con la que debía casarse próximamente, pues ya estaban siendo distribuidas las participaciones del enlace. En tal estado, los jóvenes ya se consideraban definitivamente unidos, por lo cual, y en razón e una medida de economía, el joven iba todos los días a comer a la casa de su futura esposa. Un día en que Louis fue, como de costumbre, a comer a la casa de su novia, sobrevino una discursión por un motivo insignificante; ambos se obtinaron de tal modo y las cosas llegaron atal punto que Louis se levantó de la mesa y se retiró, jurando no volver más.

Sin embargo, al dia siguiente el joven fue a pedir perdón por su actitud, pues, como se dice, la noche es una buena consejera. Pero su novia, quizá prejuzgando, pero teniendo en cuenta lo acontecido la víspera y lo que podría acontecer en el futuro, cuando ya no habría tiempo para desdecirse, rehusó la propuesta de reconciliación de su novio. Ni las protestas,ni las lágrimas, ni la desesperación pudieron conmoverla y hacerla cambiar de actutud.Varios días pasaron desde que riñeran.Confiando Louis que su novia estaría más serena y comprensiva, se resolvió a hacer el último intento.Llegó, pues, y llamó, de modo que lo conocieran, pero no le abrieron.Entonces, el pobre desahuciado reiteró las súplicas, pero nada logró de su inconmovible novia. ´´¡Adiós. entonces, malvada!-exclamó el joven-,¡ adiós para siempre.! ¡ procurad encontrar un marido que os ame tanto como yo!" Al mismo tiempo la joven oyó una especie de gemido ahogado, y luego el ruido de un cuerpo que caía resbalando junto a la puerta, sucediendo luego el silencio. Ella imaginó entonces que Louis se habia sentado en el suelo, esperando que saliera; pero se propuso no salir hasta que él se mar
chara.

Una vez transcurrido quince minutos de lo acontecido, un vecino que por allí pasaba lanzó una exclamación, pidiendo socorro. De inmediato llegaron otros vecinos, abriendo Victorine la puerta. Un grito de horror exhaló al ver tendido en el suelo a su prometido, pálido e inanimtado. Todos se apresurarón a socorrerle, pero se apercibieron rápidamente que todo inútil, pues habia dejado de existir. El desgraciado joven había hundido su trinchete en la región del corazón, quedando el hierro en la herida.

(Sociedad Espirita de Paris, agosto 1858)

I ^( AI Espiritu de San Luis) .--La joven, ausa involuntaria de la muerte de su novio,¿es responsable de ella

---Sí, porque no le amaba.

2. Para evitar tal desgracia,¿debía casarse con él, a pesar de no quererlo ?

---Ella buscaba una oportunidad para liberarse de él; hizo lo que iría a hacer más tade.

3. ¿De modo que su culpabilidad consistió en haber alentado esos sentimientos, de los que no participaba, los cuales, resentidos, fueron la causa de la mueerte de joven

---Sí, es así.

4. Su responsabilidad debe ser proporcional a la falta cometida. Por tanto,¿no será como si ella hubiese provocado voluntariamente la muerte?

---Es evidente.

5. El suicidio de Louis. ¿tiene entoces un atenuante en el desvarío al que lo impulsó la obstinación de Victorine?

---Si, porque su suicidio, que provino del amor hacia ella, es menos criminal a los ojos de Dios que el suicidio del hombre quiere liberarse de la vida por un motivo de cobardía.

En otra oportunidad, habiendo sido evocado el Espiritu de Louis G., éste contestó a las siguientes preguntas:

1.¿Qué piensas del acto que has cometido ?

---Victorine es una ingrata. Hice mal en matarme por ella, pues no lo merecia.

2.Entonces ¿ella no te amaba?

----No. Al comienzo creyó que sí; se hizo esa ilusión; pero la escena que medió le abrió los ojos. Entonces se alegró y tomó ese pretexto para desembarazarse de mí.

3. Y tú, ¿la amabas sinceramente

-- Tenía pasión por ella, y ése fue mi mal. Así lo creo, dado que si la hubiera amado con un amor puro, no le habría causado ningun disgusto

4. Si ellahubiese sabido que ibas realmente a suicidarte,¿habría persistido en su negativa?

--No lo sé. Pero no lo creo, pues ella no es mala. Pero hubiera sido desdichada. Para ella más vale que las cosas hayan ocurrido de este modo.

5.Al llegar a su puerta ¿tenías intención de matarte en caso de que se negara a tu pedido.

--No; no pensaba en ello. No creía que fuese tan obtinada. Sucedió que, cuando vi su, obtinación

me dominó un vértigo,quedando en estado de desvarí

6. Parece que no lamentas tu suicidio sino por el hecho de que. Victorine no merecía tal sacrificio..¿Es éste el único sentimiento que experimentas?

--En este momento, sí. Estoy aún completamente turbado me parece estar todavía en la puerta; pero siento otra cosa que no puedo definir.

7. Tal vez comprendas más tarde.

-- Si cuando haya salido de esta turbacir.

8. Dices que estássufriendo el castigi ¿En qué consiste el mismo?

--Hice mal en abreviar mi vida. No debí hacerlo: tendría que haber soportado todo y no acabar antes de tiempo. Además, soy desgraciado, pues sufro; y siempre es ella la que me hace sufrir.Me parece estar aún allí, a su puerta. ¡Ingrata!, no me hablen de ella; n recordarla. Me hace mucho daño. Adiós.

Vemos aquí, nuevamente, una prueba más de la justicia que preside ala distribución de los castigos que corresponden a los culpables, según el grado de su responsabilidad. En la circunstancia presente, la primera falta corresponde a la joven que habiafomentado en Louis.

un amor al que ella no correspondia,burlaándose deél. Ella tendrá, pues, la mayor parte de la responsabilidad. En cuanto al joven, también es castigado por el sufrimiento que le acosa; pero su pena es ligera, porque no ha hecho más que ceder a un impulso irreflexivo provocando en un momento de exaltación, en lugar de la fria premeditación de quienes se suicidan para evittar las pruebas de la vida .

¡Tomado del libro El cielo y El infierno! de Allan Kardec.....

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