Un más fúlgente espíritu que el tuyo.
Jamás voló de su prisión humana.
Aesclarecer el mundo de los justos.
Y tú eras ya divina aquí en la tierra.
No tiene fundamento nuestra pena.
Sabiendo que tu Dios está contigo.
------------------------------------------------------------
No pese en tí la tierra de la tumba.
Y cúbrase de un césped de esmeraldas.
No debiera haber sombra de tristura.
En cuanto de tu espíritu nos habla.
Frescas flores y un árbol siempre verde.
Crezcan en el lugar de tu reposo.
Pero no siempre-vivas ni cipreses.
¡No se dede llorar por los dichosos!
No hay comentarios:
Publicar un comentario