Hoy, es un día triste para mí, se han ido dos personas muy importantes, sus corazones no han podido resistir. Yo los quería mucho, porque los dos eran buenos hermanos, sus nombres eran Emilio y Miguel, eran muy diferentes, no se conocían entre ellos, yo sí los conocía muy bien y los quería mucho, eran muy buenos hermanos, estoy triste porque no están entre nosotros pero feliz porque en el sitio que les corresponda estar por su progreso serán muy felices, pero aquí estamos tristes, se han liberado de sus ataduras, y sus espíritus están libres para que en sus progresos, se llenen de sabiduría y se formen para ser espíritus superiores.
Al hermano Migue, que era familia muy cercana, cuatro días antes de irse lo acompañé todo el día en el hospital, yo le hablaba y él me miraba, no podía hablar mucho pero al mirarme la cara se le iluminaba, como si pasase un Ángel y se detuviera ante él. Le pregunté a mi guía que estaba pasando, una voz me contestó que te veía como a un ángel con mucha luz. le pregunté a mi guía espiritual, y como puede ser, me contestó: “Tú le das aliento, paz, relajación, felicidad, mucho cariño”. Me acerqué a la cabecera, y me siguió mirando con dulzura, le dije: “Yayo te quiero mucho, todos los días te recuerdo y te mando una oración.”. No tenía muchas fuerzas, pero me cogió de la mano y me la puso en su corazón yo se la bese y no me la soltaba, se veía con una felicidad que desde hace mucho tiempo no la había visto, después de estar toda la mañana me sustituyeron, y a la persona que se quedó con él le pregunto: “¿dónde está la señora que estaba aquí?”. Contesto la suplente: “Volverá más tarde.”.
Él preguntó: “¿y por qué se ha marchado?”.
Ella le contestó: “a descansar un poquito, más tarde volverá.”. Por la tarde siguió cogiéndome la mano, por la noche cuando me fui del hospital, me sentía tan feliz de haber estado todo el día con el haciéndole compañía y así estuve mucho rato, él estaba tan mal que no conocía a nadie, para mi estar con él fue una bendición de los hermanos espíritus y de Jesús,hacerle tan feliz tres días antes de morir, paz y amor.
El hermano Emilio que fue un gran amigo de la familia, y mio un poquito más, lo tenía como si fuese mi padre, era un hermano que tenía unos sentimientos y un amor a todos los que tenía a su alrededor, era un gran señor, de joven había jugado al básquet profesionalmente, y sentía una gran ilusión por este deporte, cantaba jotas cuando estaba con los amigos, tiene a su esposa que la adoraba, y a sus hijos los quería muchísimo, y no digamos de sus nietos y su biznieta, estaba tan orgulloso de tener a la familia que tanto amaba y lo amaban, pero el corazón no avisa y fue debilitándose poco a poco hasta que se paró y él se fue, pienso que con el buen humor que tenía estará pasándoselo bien, a los espíritus amigos les estará cantando una de las jotas que tanto sabía y le gustaban. Y como era muy feliz espero que en donde le haya tocado estar también lo sea. Paz y amor.
Al hermano Migue, que era familia muy cercana, cuatro días antes de irse lo acompañé todo el día en el hospital, yo le hablaba y él me miraba, no podía hablar mucho pero al mirarme la cara se le iluminaba, como si pasase un Ángel y se detuviera ante él. Le pregunté a mi guía que estaba pasando, una voz me contestó que te veía como a un ángel con mucha luz. le pregunté a mi guía espiritual, y como puede ser, me contestó: “Tú le das aliento, paz, relajación, felicidad, mucho cariño”. Me acerqué a la cabecera, y me siguió mirando con dulzura, le dije: “Yayo te quiero mucho, todos los días te recuerdo y te mando una oración.”. No tenía muchas fuerzas, pero me cogió de la mano y me la puso en su corazón yo se la bese y no me la soltaba, se veía con una felicidad que desde hace mucho tiempo no la había visto, después de estar toda la mañana me sustituyeron, y a la persona que se quedó con él le pregunto: “¿dónde está la señora que estaba aquí?”. Contesto la suplente: “Volverá más tarde.”.
Él preguntó: “¿y por qué se ha marchado?”.
Ella le contestó: “a descansar un poquito, más tarde volverá.”. Por la tarde siguió cogiéndome la mano, por la noche cuando me fui del hospital, me sentía tan feliz de haber estado todo el día con el haciéndole compañía y así estuve mucho rato, él estaba tan mal que no conocía a nadie, para mi estar con él fue una bendición de los hermanos espíritus y de Jesús,hacerle tan feliz tres días antes de morir, paz y amor.
El hermano Emilio que fue un gran amigo de la familia, y mio un poquito más, lo tenía como si fuese mi padre, era un hermano que tenía unos sentimientos y un amor a todos los que tenía a su alrededor, era un gran señor, de joven había jugado al básquet profesionalmente, y sentía una gran ilusión por este deporte, cantaba jotas cuando estaba con los amigos, tiene a su esposa que la adoraba, y a sus hijos los quería muchísimo, y no digamos de sus nietos y su biznieta, estaba tan orgulloso de tener a la familia que tanto amaba y lo amaban, pero el corazón no avisa y fue debilitándose poco a poco hasta que se paró y él se fue, pienso que con el buen humor que tenía estará pasándoselo bien, a los espíritus amigos les estará cantando una de las jotas que tanto sabía y le gustaban. Y como era muy feliz espero que en donde le haya tocado estar también lo sea. Paz y amor.
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